LA VUELTA A CASA
El retorno de los combatientes cubanos a su país supuso un nuevo episodio de incertidumbre, tanto para los integrantes del contingente internacional que había cruzado la frontera francesa, como para aquellos combatientes que habían sido apresados por el ejercito enemigo y se encontraban prisioneros a la espera de un canje o cualquier otra solución negociada que los devolviese a casa.
Respecto de los primeros habría que remontarse al mes de Agosto de 1938 para observar como tanto por parte del Gobierno español como desde el secretariado de la Komintern se iniciaba una senda que a la postre supondría la orden de retirada de los voluntarios de la Brigadas Internacionales.Los últimos voluntarios cubanos habían llegado a España en mayo de 1938,por tanto nada hacía presagiar un desenlace como el que se produjo, sin embargo la situación de la República en el plano militar y los acontecimientos internacionales desencadenaron la retirada.
Precisamente coincidiendo con la llegada de los últimos cubanos, el presidente Negrín dio a conocer su nueva apuesta, eran los llamados "Trece puntos de Negrín" cuyo principal argumento consistió en la posibilidad de concluir la guerra mediante un acuerdo entre españoles.La idea de Negrín era la de intentar una paz mediante un gobierno de reconciliación nacional en el que no tenían cabida los combatientes extranjeros que de forma genérica para ambos bandos, eran ahora considerados como elementos hostiles para la paz en España.La propuesta Negrín fue descartada por el ejercito franquista, avalado por sus triunfos y la certeza de una victoria total, sin embargo una vez abierta esta vía no hubo marcha atrás.El 22 de Agosto se produjo una reunión del Secretariado de la Komintern en la que se debatió la cuestión española.Con el visto bueno de Stalin,la decisión de retirar a las Brigadas Internacionales se dio por buena, en un escenario internacional que dejaba la URSS aislada respecto de las decisiones que se estaban produciendo en Europa.
Determinante fue la cuestión checoslovaca que se resolvió con el denominado "Pacto de Munich" por el cual Francia e Inglaterra se plegaban a la ocupación alemana de ese país.La URSS consideró que la asfixia a la que se vio sometida tanto por la política de "no intervención" como por la situación interna del PCE que se encontraba cada vez más aislado de la toma de decisiones, eran suficiente excusa para aceptar una propuesta de retirada de las Brigadas Internacionales, quedando de este modo liberada de sus compromisos con España que para esos momentos ya no resultaba una prioridad en su política exterior.Esta actitud se oficializó en la carta remitida por el máximo responsable de la Komintern Dimitrov a Stalin,anunciandole la retirada de las Brigadas Internacionales.
Ante esta percepción,Negrín impuso su propuesta de retirada de todos los combatientes extranjeros.En la última sesión que celebrase la Sociedad de Naciones en Ginebra el 21 de septiembre, el Presidente del Gobierno español anunció la retirada unilateral de las Brigadas Internacionales, si bien su propuesta insistía en que los combatientes extranjeros que apoyaban al ejercito franquista deberían salir igualmente de España.Franco nunca tuvo intención de adherirse a esta medida y pactó con Mussolini el retorno de al menos 10.000 soldados italianos, algo que en realidad no mermaba la capacidad de acción de estos ya que quienes retornaron fueron en su mayor parte heridos y enfermos y junto a estos, soldados que llevaban demasiado tiempo combatiendo en España y estaban próximos a ser licenciados.
El 1 de octubre de 1938 la Sociedad de Naciones tomó la determinación de crear una Comisión que velase por el cumplimiento de este compromiso, esta comisión quedó compuesta por quince oficiales encabezados por el General finlandés Jalander.La comisión logró computar a 12.673 combatientes extranjeros que luchaban del lado de la República.Tras el desfile de despedida en Barcelona el 15 de Noviembre, se inició una salida escalonada, se dispusieron rutas de evacuación por tren y barcos y se inició la partida.El principal problema era la acogida que esperaba a la mayoría de estos combatientes en sus países de origen, al que muchos se veían imposibilitados a retornar ya que ello supondría una muerte segura o la carcel.Todas las evacuaciones se realizaron vía Francia de modo que a mediados de enero de 1939 ya habían cruzado sus fronteras 4.640 combatientes.Se trataba en su mayoría de franceses,ingleses,belgas y polacos.En Barcelona y los aledaños de la frontera francesa permanecían del orden de 6.000 hombres que buscaban desesperadamente una salida sin que el comité de evacuación pudiese ofrecerles opción alguna.En esta situación se llegó al momento final en el que como ya hemos visto, se produjo el éxodo masivo a Francia y el internamiento en campos de concentración.
El contingente cubano se mantenía informado de esta situación a través de sus oficiales de enlace con el mando de las Brigadas Internacionales, aunque es de suponer que esta coordinación quedaría muy mermada en los días finales de la guerra por la falta de interlocutores en una situación de caos organizativo.Lo que si conocían los combatientes cubanos era la decisión que habían tomado en Cuba las organizaciones que apoyaban a la República Española.Ante el nuevo escenario, la actitud de los grupos de apoyo a los voluntarios fue la de crear condiciones para su retorno.Una vez más fue el PCC quien sustentó la iniciativa que sin embargo quedó bajo coordinación de la Asociación de Ayuda al Pueblo Español que dispuso la creación de un instrumento específico:el "Comité para la Repatriación de los Combatientes Cubanos".Inicialmente sus responsables fueron Sarah Pascual, Lázaro Peña,Neftalí Pernas y José López Rodriguez.Siguiendo el modelo utilizado en los meses anteriores para recavar ayuda para la España republicana y el alistamiento de voluntarios, se iniciaron movilizaciones por todo el país bajo el lema del retorno de los voluntarios cubanos.Esta estrategia fue un éxito y creó una gran expectación en la opinión pública ante el destino de sus compatriotas ahora prisioneros en Francia.Mítines, conferencia y concentraciones ante la sede del Gobierno cubano fueron constantes a partir del mes de febrero de 1939.
Por otra parte,la situación política en Cuba había cambiado de aspecto, que no de signo, de modo que desde el Gobierno de la nación se dieron los pasos para legitimar su acción, legalizando a la mayoría de partidos políticos incluidos los comunistas y proponiendo elecciones y la elaboración de una nueva Constitución para el país.Se trataba de una política de gestos que pretendía domesticar a los opositores envolviéndolos bajo las Instituciones del Estado pero manteniendo el control de los mecanismos del mismo incluido el aparato represivo y controlando el aparato electoral.La cuestión es que el asunto del retorno de los cubanos que se encontraban en Francia creó cierta inquietud en el Gobierno cubano que se interesó por el asunto, de modo que aquellos que habían hecho todo lo posible por dificultar su salida de Cuba,se mostraban ahora dispuestos a realizar algún gesto positivo.
El Comité para la Repatriación solicitó una entrevista con el presidente cubano Federico Laredo Bru,quien accedió a recibirlos.Tras discutir los detalles de la propuesta del comité se llegó a un acuerdo que implicaría la actuación de la diplomacia cubana en Francia y España y la organización de los transportes necesarios para el retorno.Se acordó entregar una lista con los nombres y la ubicación de los voluntarios en la Secretaría de Estado de Gobernación la cual tras ser minuciosamente analizada se convirtió en listado definitivo.
Inicialmente la disposición del Gobierno cubano a colaborar en el retorno solo estuvo relacionada con los voluntarios cubanos que se encontraban en Francia y deseaban retornar a Cuba,nada se decía de los cubanos que residentes en Estados Unidos pretendían retornar a este país y tampoco de aquellos que se encontraban apresados en España por el nuevo gobierno
La diplomacia cubana en Francia que con anterioridad se había inhibido en la cuestión de los voluntarios cubanos en España recibió instrucciones concisas de propiciar el retorno de los mismos.Flora Díaz Parrado, miembro de la legación diplomática cubana en París fue la encargada de organizar estos trabajos y su principal interlocutor entre los voluntarios fue Jorge Agostini que ya lideraba el contingente desde su reagrupamiento primero en Barcelona y más tarde en Ripoll.Flora Díaz Parrado viajó en varias ocasiones al sur de Francia para organizar la partida, visitando los campos de Argeles-Sur-Mer,Saint Ciprien y Gurs y posiblemente alguno más.La actitud de esta diplomática fue muy criticada por los recluidos en el sentido de que esta se ciñó a su cometido en cuanto a la repatriación pero no intercedió ante las autoridades francesas en lo referente a las condiciones de vida en los campos.Una vez que las listas estaban claras, Jorge Agostini en unión de Francisco Maydagán y de otros ocho compañeros recibió la pertinente autorización para abandonar Francia lo cual hicieron el 19 de abril a bordo del barco "Reina del Pacífico"
Mientras tanto, en Cuba se logró contratar dos barcos para el traslado de los cubanos, los vapores Orbita y Orduña, los mismos en los que habían llegado los voluntarios para combatir en España.Se organizaron tres expediciones que partieron del puerto de La Pallice durante el mes de mayo y los primeros días de junio de 1939.El primer grupo procedente en su mayor parte de Gurs pero también directamente desde Argelés transportó a los voluntarios que se encontraban en condiciones más precarias,heridos y enfermos sumando en torno al centenar.Los voluntarios fueron escoltados hasta París en condiciones muy precarias,sin comida y con las mismas ropas que habían tenido en los campos.Una vez más el PCF se movilizó y palió en gran medida esta situación aportando la ropa y los alimentos que le fueron posible.Tras recibir en París la documentación precisa fueron conducidos directamente al puerto de partida y embarcados en el "Orbita",llegando al puerto de La Habana el 6 de Mayo.
Un segundo grupo partió en similares condiciones el 19 de mayo a bordo del "Orduña", en esta ocasión con un grupo aún mayor que el anterior de voluntarios.Cuando el "Orbita" retornó a las costas francesas partió un tercer grupo compuesto por al menos 200 voluntarios.Esta cifras son estimativas y proceden del testimonio posterior de algunos de estos voluntarios.
Este fue el modo en que concluyó la odisea de los voluntarios de la libertad cubanos que al llegar al puerto de La Habana vivieron escenas emocionantes ya que a cada una de las expediciones se les organizó un gran recibimiento.Numerosas embarcaciones privadas acompañaban a los barcos desde su aproximación a La Habana y en el puerto les esperaba una multitud compuesta por familiares y compañeros, organizando improvisados desfiles por las calles más próximas al puerto.
Los voluntarios llegaban extenuados por el viaje y tremendamente emocionados al comprobar el apoyo que encontraron en su retorno a la patria.
En España quedaban medio centenar de cubanos repartidos en los campos de concentración de San Pedro de Cardeña.el penal de El Dueso y el Campo de trabajo de Belchite, así como en varias prisiones de Madrid y otros puntos del territorio español.Otros, habáin logrado evadir el control del ejercito vencedor y esperaban el momento de abandonar clandestinamente España.Este grupo concluyó su evacuación antes del final de 1940 con la mediación de la diplomacia cubana.
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